El Sevilla en la década de los 90 había llegado a contar con futbolistas de la talla de Davor Suker, Diego Simeone, Iván Zamorano o Diego Maradona entre otros pero el club a final de esa década atravesó una de las mayores crisis económicas de su historia, e incluso fue descendido a Segunda División B por no presentar avales de cobro como previsión a las deudas, aunque después la Federación dio marcha atrás creándose la famosa liga de 22 equipos en Primera División. Joaquín Caparrós fue el encargado de iniciar la nueva etapa con el Sevilla FC (2000-2005), compitiendo la primera temporada en Segunda División. En esos años debutaron muchos canteranos siendo los más ilustres José A. Reyes, Sergio Ramos y Jesús navas. Caparrós volvió a crear un Sevilla poderoso clasificándolo para la UEFA dos años consecutivos, pero desechó una oferta de la directiva para renovar por entender que se había acabado un ciclo. Juande Ramos recogería después (con un desempeño impecable) los frutos del trabajo realizado por el Utrerano.
Caparrós es contratado por el Deportivo de La Coruña (2005-2007) para acometer una reestructuración parecida a la del Sevilla. Los años gloriosos del Depor se habían acabado y Augusto César Lendoiro no podía mantener económicamente la competitividad de la plantilla, por tanto, tocaba entrar en una nueva etapa donde los objetivos serían bien distintos a los de años anteriores. Había que reducir presupuesto, y la base del equipo iban a ser jugadores jóvenes de Segunda División y Segunda B. La buena gestión de Caparrós hizo que Lendoiro le renovara por dos temporadas más. Los nuevos activos del Depor fueron Arbeloa, Filipe Luis, Cristian o Arizmendi. Él fue quien ejecutó con éxito la transición del gran Depor a un Deportivo más acorde con su realidad presupuestaria, pero ese proceso y algunos problemas con pesos pesados de la anterior etapa como Diego Tristán o Lionel Escaloni provocaron un gran desgaste. Precisamente ese fue el argumento esgrimido por Caparrós para renunciar al tercer año de contrato firmado.
Joaquín Caparrós Aterriza en el Athletic Club (2007-2011) de la mano del recién electo Fernando García Macua. El club en los últimos años había estado peleando por no bajar a Segunda División por primera vez en su historia. La temporada anterior el Athletic tuvo de entrenadores a Javier Clemente (que ya había cogido el equipo un año antes), Félix Sarriugarte y José Manuel Esnal "Mané". El Athletic necesitaba estabilidad en el banquillo, apostar por la gente joven y no pasar apuros para mantener la categoría. Caparrós había demostrado en Sevilla y La Coruña que estaba capacitado para liderar nuevos proyectos, basados sobre todo en la gente joven. El club bilbaíno durante esta etapa ha quedado sub-campeón de la Copa del Rey, ha clasificado en dos ocasiones para competición europea, y sobre todo, ha rejuvenecido y dado más valor a la plantilla, con dos campeones del mundo como Fernando Llorente (que no había explotado con otros entrenadores) y Javi Martínez, además de Muniain, Toquero y San José entre otros.
Los socios del Athletic en las elecciones de 2011 han votado como presidente a la candidatura del ex-futbolista del club Josu Urrutia, cuyo entrenador para su proyecto es el Argentino Marcelo Bielsa, lo que ha provocado que Joaquín Caparrós haya dejado de ser el entrenador del conjunto rojiblanco. A lo largo de los años sus críticos le han acusado de practicar un fútbol poco vistoso, pero sus éxitos deportivos y sobre todo, su trabajo en la reconstrucción de equipos ha sido más que notable, dotando a los clubes de plantillas revalorizadas (Sevilla y Athletic) ó haciendo el "trabajo sucio" de la transición (Depor).
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