El partido de ida de la Supercopa de España venía marcado por el carrusel de clásicos de hace unos meses. Con toda la polvareda que se había montado, directivos, entrenadores, jugadores y prensa, desvirtuaron (cada cual en su proporción) uno de los espectáculos más grandes del mundo con los actores más caros. En aquellas fechas la eliminatoria de Champions se había decidido por dos jugadas dudosas, y ambas se resolvieron a favor del Barça. Mi opinión de aquellas jugadas es que están tan al límite, que si eres de un equipo te parecerá una cosa y si eres del otro te parecerá lo contrario.
En aquellos días desde un bando se dijo poco menos que el fútbol está corrupto, y de otro que ganan los que tratan de jugar bien y al ataque (en alusión al planteamiento defensivo y vigoroso del Madrid en la ida de Champions). Yo no me quedo ni con una ni con la otra. En cada partido hay una serie de jugadas que te pueden favorecer o no, pero no creo en conspiraciones. En las semis de la Champions, esas jugadas dudosas favorecieron al Barcelona. En lo deportivo, Me gustó Mourinho con la inclusión de Pepe en el centro del campo, pero quizás debió presionar algo más arriba, como en la final de Copa del Rey. Poner a Pepe ante uno de los mejores equipos de la historia en el centro del campo fue una genialidad táctica. Considero que jugar bien es exprimir tus armas y minimizar las del contrario. Con esa jugada táctica el Madrid equilibraba las fuerzas, que tras el 5-0 de la ida en Liga las diferencias eran abismales. A raíz de la expulsión de Pepe, Mourinho enloqueció y se auto-expulsó, cuando su papel en la banda exigía cabeza fría para pensar. La expulsión de Pepe se produjo en el minuto 61, y el primer gol de Messi llegó en el minuto 76. Es decir, en esos 15 minutos, el banquillo del Madrid no reaccionó con algún cambio para rearmar su centro del campo. Había entrado Adebayor por Ozil al inicio del segundo tiempo, por tanto, tras la expulsión de Pepe, hubiera sido conveniente haber sustituido a Cristiano, Di María o el propio Adebayor para rearmar el centro del campo. Si tu planteamiento con 11 jugadores ha sido defensivo...más se justificaba reforzarlo cuando te quedas con 10.
El ruido que generó las supuestas ayudas que recibe el Barça por los organismos futbolísticos, no fue el mismo que cuando en las semis de Copa del Rey hubieron otras dos jugadas dudosas, una en cada partido, y ambas favorecieron al Madrid en detrimento del Sevilla. En la ida, el disparo de Luis Fabiano que sacó dentro o fuera de la línea de gol Albiol (en los programas de tv se habló de que la barriguita del balón no había entrado para justificar el no gol). En la vuelta, un gol anulado a Negredo por fuera de juego muy dudoso antes de la vaselina a Casillas. Estamos en las mismas que en las semis de Champions, son jugadas dudosas, que pitase lo que se pitase, creo que se hubiera acertado.
Pues con todos estos antecedentes de por medio (que incluso pudo generar algún mal rollo en la selección) se abrió el partido de Supercopa, y por fin esta vez parece que sólo se habla de fútbol, y aunque jugadas conflictivas hubieron, parece que la prensa las ha tratado como una parte más del juego. Siempre he pensado que los arbitrajes (salvo que haya pruebas o indicios claros de los contrario) son una parte más del fútbol y del azar de este deporte, como lo son las lesiones musculares, un tiro que iba para dentro y pica en el palo, etc, y cada equipo con su juego debe minimizar el poder de estos factores para conseguir sus objetivos. El Madrid fue superior al Barcelona y mereció ganarle bien, a tenor de lo visto en el encuentro. Mourinho fue inteligente en el planteamiento, sabedor de las limitaciones físicas del equipo azulgrana (porque así lo han planificado), salió a presionar arriba y a morder. Guardiola quedó satisfecho con el resultado, dado que en su opinión el conjunto blanco está en mejor forma que el suyo. El Barcelona con su habitual juego de posesión no fue reconocible. De inicio faltaron algunas piezas clave para la salida de balón como Piqué, Busquets o Xavi y quizás el partido exigía un plan B que no tienen desarrollado principalmente porque nunca lo han necesitado. Nos queda el partido de vuelta, que no sabemos que sorpresas nos deparará, ya que el guión del partido de ida pocos lo podían prever. Apetece mucho ver las variantes tácticas de cada entrenador, y como se desarrolla el partido. Después del fracaso (como espectador) deportivo de los 4 clásicos, en esta eliminatoria se vuelve a respirar fútbol. Ojalá no nos la estropeen.
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