En este principio de temporada en la Liga BBVA hay un equipo que está siendo la absoluta revelación del campeonato. Un equipo que entra en todas las quinielas como candidato al descenso pero que de momento, está sorprendiendo a propios y extraños. Se trata del Levante UD, un club que hace poco más de un año salió del concurso de acreedores en el que había entrado en 2008, después de una crisis económica galopante. Ya la temporada pasada hicieron un buen año y no tuvieron que sufrir el final de infarto de la última jornada donde hasta seis equipos se jugaban perder la categoría. A pesar de todo, su economía no es boyante y este verano se vieron obligados a prescindir del jugador que marcaba las diferencias en el equipo granota. Felipe Caicedo fue traspasado al Lokomotiv de Moscú a cambio de 7,5 millones de euros. Ese dinero no se vio reflejado en la actual plantilla debido a que ha sido empleado en tapar los muchos agujeros que tienen los clubes modestos del fútbol español. El Levante se reforzó con jugadores cedidos y libres, sin apenas desembolsar dinero por ningún futbolista, salvo en el caso de Pedro López por el que pagó 200.000 euros al Valladolid.
El equipo está compuesto por futbolistas veteranos que destacaron hace años en Primera División con otros clubes y que hoy están aplicando toda su experiencia y oficio por el bien del colectivo. Hasta 12 jugadores tienen 30 o más años: Valdo (30), Del Horno (30), Aranda (31), Juanlu (31), Nano (31), Rubén Suárez (32), Barkero (32), Munúa (33), Farinós (33), Juanfran (35), Javi Venta (35) y Ballesteros (36). Éste último jugador es el capitán y un poco el jugador que encarna el espíritu del Levante. Solidaridad, compromiso y experiencia al servicio del equipo. Para la mayoría de la prensa es unánime esta afirmación. Sin embargo cuando el Levante ganó al Madrid, a Ballesteros "curiosamente" esa misma prensa lo adjetivaba de manera bien distinta. Siguiendo con la veteranía de buena parte de la plantilla levantinista, decía el médico del equipo, en consonancia con el actual entrenador Juan Ignacio Martínez, que para evitar lesiones prefieren que las sesiones de entrenamiento sean menos intensas (esprintar menos ponía como ejemplo) y más duraderas, dado que el problema de tener una plantilla tan veterana es que para cualquier contratiempo muscular los plazos de recuperación son superiores con respecto a los jugadores más jóvenes.
El gran mérito del Levante, además de ser colíder de Primera División con el Barcelona, es que lo es habiendo jugado el doble de partidos como visitante que los que ha disputado en su propio feudo. Ha jugado en casa dos partidos hasta la fecha y cuatro lejos del Ciutat de València. Arrancó la Liga con un empate en Getafe, un nuevo empate en Santander, venció en casa al Madrid, ganó en Vallecas, ganó en casa al Espanyol y encadenó su cuarta victoria consecutiva y su sexta jornada sin perder (todas) ganando a domicilio al Betis. Decía Luis García Plaza hace unos días que el éxito del actual Levante se debe a que su nuevo entrenador prácticamente alinea a los mismos jugadores que jugaron con él, con la salvedad de Koné en lugar de Caicedo, de ahí que el equipo esté tan compenetrado en este inicio liguero. Es probable que esa sea la principal clave de éste equipo aunque bien es verdad que dicho por el propio Luis García queda un poco narcisista.
El objetivo del Levante sigue siendo la permanencia. Lo bueno de este espectacular inicio de campaña es que la tiene un poco más cerca que sus rivales. Un equipo reforzado a base de jugadores veteranos sin equipo, de jugadores provenientes de Segunda División y de otros como el caso de Koné que no dieron lo que se esperaba en otros clubes de mayor renombre, tiene mucho mérito, máxime en una ciudad donde no es el principal protagonista. No se sabe cuanto les durará el sueño, pero pase lo que pase en las próximas jornadas, que les quiten lo bailao.
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