El pasado sábado, a escasas horas del partido que Las Palmas jugaba en Santo Domingo ante el Alcorcón, saltaba la bomba informativa que diría el periodista José María García. La UD Las Palmas anunciaba en su web oficial que había alcanzado un preacuerdo para traspasar a Jonathan Viera al Granada a cambio de 3 millones de euros. En el cuerpo de la noticia se indicaba que faltaba que Granada y Viera se pusieran de acuerdo con su contrato. Al término del encuentro (en el que no participó) Viera manifestó que se sentía engañado, que no se había contado con su persona y que rechazaba irse al Granada, queriendo permanecer en la Unión Deportiva hasta junio de este año. Así mismo el presidente Miguel Ángel Ramírez replicó que le parecía muy bien que no aceptase el traspaso pero que renovase por 4 años más con el club grancanario (Las Palmas lleva mucho tiempo intentando renovarle). Jonathan Viera a su vez, aceptaría siempre y cuando su cláusula de rescisión bajase a 1,5 millones (actualmente está en 6 millones), para salir del club este verano, algo que a Las Palmas por ese bajo precio no le conviene. Es muy lícito que el jugador no quiera irse al Granada porque considere que tiene potencial para firmar por un club más potente (aunque Ramírez desveló que había conseguido pactar una cláusula por la que si el Granada bajaba de categoría, tendría que obligatoriamente cederlo a otro equipo de Primera División) y además le haya sentado mal que se haya negociado y publicado a sus espaldas. Lo que no es del todo ético (aunque sí lícito) es que esté dejando morir su contrato para irse dejando muy poco dinero para el club que lo formó como futbolista.
Jonathan Viera acaba contrato en 2013 y de no renovar, Las Palmas no tendría apenas fuerza para negociar con otros clubes un futuro traspaso dado que las ofertas que reciba el club en junio de 2012 serán muy a la baja, en tanto que 6 meses después ya podrían firmalo libre para la temporada siguiente. Aunque hoy por hoy son futbolistas de niveles distintos y en categorías distintas, hay un paralelismo lejano con el caso Kun Agüero y su salida del Atlético de Madrid. Desde este blog se defendió la postura del Kun porque hizo algo que no quiere hacer Viera. Sabiendo que se quería marchar, pactó con los colchoneros renovar bajando la cláusula un 25% para que el club no se quedase con las manos vacías. Su cláusula era de 60 millones de euros y con la renovación se estableció en 45 millones, cantidad abonada por el Manchester City. Agüero, al igual que Viera, estaba en la misma situación. Podría haber esperado a que se acercara la finalización de su contrato e irse libre o por una cantidad muy baja. Agüero se quiso marchar del Atlético después de 5 temporadas. Jonathan solo lleva 1 y media y quiere irse al acabar esta segunda. Agüero bajó su cláusula un 25% y renovó. Jonathan solo aceptaría renovar si se le baja un 75% la cláusula, cuando imitando al jugador argentino, si se le bajara solo un 25% su nuevo contrato tendría una cláusula de 4,5 millones. Vitolo renovó hasta 2016 aumentando su cláusula a 12 millones de euros, es decir, multiplicó x dos su anterior cláusula. Viera quiere dividirla por cuatro (1,5 millones). Ya que no es posible llegar a ese estado idílico porque hay que entender que Viera quiere jugar en Primera a corto plazo, que menos que renovar de manera similar a la de Agüero (Viera con más razón que el Kun puesto que al ser canterano debe de tener más arraigo al club de su vida) rebajando su cláusula pero no dejándola a precio de saldo. El problema de que Viera deje el club a un precio irrisorio es que las futuras promesas (llámese José Artiles por ejemplo, jugador del filial) pueden tomar nota y actuar de manera similar si destacan en un futuro próximo. Que renueve con una cláusula coherente, no significa que tenga que permanecer en Las Palmas ni que tenga que salir al precio de la propia cláusula. Significaría que el club no queda atado de pies y manos en futuras negociaciones con otros equipos.
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