Entrevistas y colaboraciones
▼
lunes, 2 de abril de 2012
¡Viven!
Hace muchos meses que el Real Zaragoza daba síntomas de estar desahuciado. Con un entorno crispado en contra del máximo accionista Agapito Iglesias, con manifestaciones populares para que éste deje el club y con el equipo sumido en una grave crisis deportiva, económica y social, el Zaragoza ha salido a disputar cada partido. La situación era (y sigue siendo) dramática, no solo por figurar en puestos de descenso que ya es mucho, sino sobre todo por la agonía de saber que se iban a Segunda con varios meses de antelación sin aparentemente capacidad de pelear por sobrevivir, sin una mínima opción a la que agarrarse, prolongando la tortura de su sufrida hinchada. El equipo tocó fondo en el partido de La Rosaleda ante el Málaga (5-1). El entrenador Manolo Jiménez en la posterior rueda de prensa no admitió preguntas limitándose a decir "siento vergüenza" para acto seguido marcharse de la sala. Un equipo a la deriva y sin alma, que iba camino del descenso sin pena ni gloria. Pero quien sabe si fruto de las contundentes declaraciones del técnico sevillano hubo un punto de inflexión en la plantilla maña, dado que a la semana siguiente obtuvieron la victoria ante el Villarreal en los últimos minutos. El atacante Luis García declaraba al acabar dicho encuentro que algunos futbolistas tras ganar el partido lloraron en el vestuario. Lágrimas de alegría y de impotencia por la situación desesperante del equipo. Lo cierto es que a raíz de lo de Málaga el Zaragoza ha jugado seis partidos de los cuales ha ganado 4, empatado uno, obteniendo una sola derrota. La afición se ha volcado con el equipo y revienta La Romareda cada dos semanas. El Zaragoza llevaba 16 jornadas como colista estando hasta hace pocas semanas a doce puntos de la permanencia, y tras ganar en Gijón se ha clasificado tercero por abajo a 4 puntos del objetivo. La salvación sigue siendo complicada, más teniendo en cuenta que sus próximos rivales son el Barcelona y el Sevilla. Pero de seguir esta línea de esfuerzo y compromiso (sumado claro está al buen desempeño sobre el césped) aún tendrán opciones de no perder la categoría. El equipo sorprendentemente sigue vivo y llegado el caso de no haber podido evitar lo peor, por lo menos habrá caído con dignidad.
Ojalá se salve el Zaragoza. Por un lado porque siempre me ha gustado ese equipo. Y por otro, porque sería un ejemplo de fe y superación en condiciones muy adversas.
ResponderEliminarSaludos!
La verdad es que si se salva el Zaragoza sería casi un milagro futbolístico por lo descolgados que han estado durante toda la temporada. Si descienden allí se puede formar una buena porque el club está en una situación económica muy peligrosa. Un saludo. Gracias por comentar.
ResponderEliminar