Progresión inversa

Tres derrotas ligueras consecutivas y cuatro jornadas sin ganar acumula la UD en este inicio de temporada. Es lógico y coherente el mensaje del cuerpo técnico indicando que el nuevo sistema que se está tratando de implantar irá cogiendo cuerpo paulatinamente. Pero me llama poderosamente la atención que cada semana que pasa el equipo en vez de ir a más, ha ido a menos. Se debutó con buen juego y victoria en el Sardinero. Se empató ante el Lugo en casa mereciendo en mi opinión ganar (también se pudo perder). Luego llegaría la derrota en Elche, sin cámaras de televisión de por medio pero según dicen las crónicas Las Palmas estuvo romo en ataque y frágil defensivamente a balón parado. Otro pasito más hacia atrás dio el representativo ante el Alcorcón. Carlos Rodríguez en el programa radiofónico Deportes en Punto (Radio Las Palmas, ABC Punto Radio) señaló como titular que "el Alcorcón parecía el Milan", en clara alusión (intuyo) al AC Milan de finales de los 80 - principios de los 90, por la presión, el achique de espacios y el vendaval ofensivo que desplegó el conjunto madrileño en el Gran Canaria (yo añadiría a su titular que Oriol Riera parecía Van Basten). Pero si pensábamos que los de Lobera no lo podían hacer peor, llegó el partido en Montilivi y cayó una manita. Lo dicho, se entiende que la maquinaria se tiene que ir engrasando poco a poco pero se entiende mucho menos que cada semana que pasa la progresión sea a la inversa.

Soy de los que después de la derrota ante el Alcorcón pedía paciencia para con Sergio Lobera. Después vino lo del Girona y ya uno se queda dudando de si este equipo arrancará algún día a jugar de verdad. Más que por puntaje, por las malas sensaciones que transmite sobre el terreno de juego. Lo que no me terminaba de cuadrar eran algunas de las voces que pedían paciencia con el nuevo proyecto pero que con el del anterior entrenador, Juan Manuel Rodríguez, no estaban dispuestos a tenerla. Las Palmas con el técnico de la tierra hizo algunos partidos muy malos el curso pasado, cierto, pero no es menos cierto que ningún equipo en toda la temporada derrotó a la UD por una diferencia de más de dos goles. El tema de la pretemporada también fue similar: rivales de Tercera y Segunda B con la salvedad de un solo encuentro ante el Nàstic de Segunda A. Alguno pensará que Juan Manuel se había hecho cargo del equipo la temporada anterior y eso le suponía una ventaja; precisamente tuvo que enderezar -sin pretemporada- la nave que Paco Jémez había dejado a la deriva. No quiero pecar de oportunista. Soy de los que piensa que aunque Juan Manuel se había ganado la renovación, al estar la masa social tan dividida dado que muchos no le reconocían los méritos -incluido el asesor presidencial quien manifestó varias veces durante el campeonato que había equipo para estar más arriba- entendí que quizás lo mejor para la entidad era un cambio de entrenador a fin de cohesionar al entorno amarillo.

Si se quiere mirar el vaso medio lleno se podría decir que el representativo -sin haber visto los partidos a domicilio no televisados- en lo que va de curso ha jugado 3 partidos buenos o cuando menos aceptables (contando con el de Copa) y tres partidos malos o calamitosos. Pero la Liga es el pan nuestro de cada día y es ahí donde Las Palmas tiene que empezar a ganar desde ya. Entonces es posible que Sergio Lobera desde la tranquilidad de un par de buenos resultados consiga que la UD funcione como él quiere. Los futbolistas tampoco se pueden ir de rositas: por muy malo que fuera el planteamiento en Girona, el conjunto catalán con todos los respetos en la vida te puede vapulear con cinco goles de diferencia. Hay muchas formas de jugar bien y las mismas formas de jugar mal si no se ejecutan correctamente. Sergio Lobera cayó en Gran Canaria -como se suele decir coloquialmente- de pie. Rápidamente se ganó al entorno con su discurso ilusionante, sin embargo, no ha conseguido terminar de plasmarlo sobre el césped. El próximo sábado el técnico aragonés tiene ante el Villarreal -uno de los mejores conjuntos de la categoría- un nuevo test. Ojalá sea el punto de inflexión a esta progresión inversa. En el supuesto caso de que el entrenador tuviese la cabeza en juego, estaría también en juego la credibilidad de mucha gente.

Foto: Sergio Lobera, durante el partido frente al Alcorcón. | CDR (udlaspalmas.es)