Gol de la victoria de Jeison Murillo (LFP). |
Tres meses y nueve días después, tuve la gran satisfacción de poder volver a ver un partido de Liga en directo, aunque sea por la tele, de la UD Las Palmas. Por motivos laborales no veía al equipo amarillo en la competición doméstica desde la jornada 16, encuentro disputado en El Molinón con resultado de empate a un gol. Mis sensaciones sobre el rendimiento del equipo 13 jornadas después fueron similares a las de por aquel entonces, cuando la Unión Deportiva se encontraba en plena racha de partidos invicta. En aquel tramo de la temporada escribí: "Se puede tener éxito y gustar tanto con el "método" Pelegrini como con el de Simeone. Lobera con un perfil que se podía a priori asimilar al primero, está recogiendo mejores frutos con el del segundo". Y precisamente esa impresión me dejó el encuentro del pasado fin de semana frente al Almería en el Juegos Mediterráneos. Sergio Lobera (todos mis respetos para él por el gran trabajo que está
haciendo esta temporada) alude a una filosofía de juego en sala de
prensa que en mi opinión no se refleja habitualmente en el terreno de juego (salvo que sí haya sido así en el tramo que he estado ausente).
Insisto, sin ver los partidos de los últimos tres meses (solo he podido ver resúmenes), tras poder visualizar uno completo de Las Palmas tuve esa sensación. El duelo se intuía más o menos por donde podría ir (al margen del resultado) desde el momento que salieron las alineaciones, con el doble pivote formado por Hernán Santana y Javi Castellano. Balón para el contrario y tratar de aprovechar los espacios a la contra, parecía ser la consigna. Tras unos primeros 20 minutos de mucho trabajo para Barbosa, Las Palmas se adelanta a balón parado por medio de Murillo y el segundo llega en un contraataque con galopada copyright de Vitolo (como la del día del Sporting) finalizando Chrisantus. La segunda mitad debido a la injusta expulsión de Vitolo tuvo otros matices diferentes donde destaco, al margen del imperial gol de Murillo en la última acción del choque, el trabajo de Thievy aportando intangibles. Cuando los amarillos estaban embotellados, el francés daba aire al equipo reteniendo el balón, ganaba tiempo mediante saques de banda o forzando alguna falta. Una falta provocó a su vez el gol de la victoria a la salida de un córner.
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