Ante el Sporting se registró la mejor entrada de la temporada. Foto: Quique Curbelo (laprovincia.es) |
Después de que Sergio Lobera estuviese muy cerca de ser destituido, (como he comentado en alguna ocasión no hubiera sido injusto dado que Las Palmas con todo el potencial que tiene solo obtuvo 2 victorias de 11 posibles entre las jornadas 16 (Zaragoza) y 26 (Jaén), siendo novenos a 8 puntos del ascenso directo) ahora parece que todo va sobre ruedas: Dinámica positiva (la UD ha encadenado 5 triunfos y 1 empate en las últimas 6 fechas). Más afición en el Estadio de Gran Canaria (tengo curiosidad por saber si la buena entrada ante el Sporting se debió a que no era televisado en abierto o si por contra la afición hubiera respondido igual, en tanto en cuanto ante el Sporting hubieron 17.500 espectadores y en el anterior encuentro en casa ante el Sabadell solo acudieron 8.100). Incluso parece que últimamente nos sonríe la suerte con los arbitrajes (2 goles anulados al Sabadell, 2 expulsiones del Murcia, penaltis a favor ante Murcia y Sporting). Javi Castellano vuelve a ser el que era (Seguros Castellano le llamaban en el vestuario hace un par de temporadas), además ahora noto que juega más vertical. Por fin parece que tenemos un 9 de garantías en Aranda, más que por sus goles, por todo lo que aporta al colectivo. Asdrúbal y Tana (de los mejores de la temporada) han puesto las pilas al mejor Momo en su segunda etapa en el Club. Barbosa, como siempre. Valerón, de mediocentro. Opino que a estas alturas de su carrera le viene muy
bien, especialmente en partidos donde los
amarillos tienen mucho balón puesto que entra mucho más en juego (el día del Zaragoza El Flaco estuvo muy bien y en los 3 últimos
encuentros también ha jugado en medio del
campo). Quizás donde habría que mejorar es en la parcela defensiva, sobre todo después de la cantidad de ocasiones claras que nos generó el Sporting de Gijón. La UD Las Palmas está a solo 3 puntos del ascenso directo. Se consiga éste o no, es importante pelearlo hasta el final para que en el peor de los casos, entrar en el playoff en buena línea y no de rebote como la temporada pasada.