La temporada 2020-2021 será la última de la llamada hasta ahora categoría de bronce. La suspensión de los campeonatos no profesionales de la pasada campaña provocó que no hubiera descensos y eso ha repercutido en una Segunda B todavía más masificada de lo que ha sido hasta ahora. De los 80 equipos tradicionales, este año habrán 102, divididos en 5 grupos y estos a su vez en dos sub grupos cada uno.
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha creado para solventar esta anomalía una nueva categoría de cara al curso que viene llamada Primera División RFEF con 40 equipos encuadrados en dos grupos de 20 conjuntos cada uno. Será la inmediatamente posterior a la Segunda División (Liga Smartbank). La actual Segunda B se convertirá en el cuarto escalafón del fútbol español y pasará a denominarse Segunda División RFEF. Por tanto, la Tercera División Territorial será la Tercera División RFEF.
Particularmente me gusta esta nueva redistribución del fútbol, y creo que era necesario hacerla incluso desde hace muchos años. Aquello del pozo de la Segunda B era muy duro para los clubes históricos representativos de provincia los cuales, obviamente porque también han tenido una mala gestión económica, han corrido cierto riesgo de desaparecer e incluso algunos lo han hecho. A partir de la 2021-2022 la categoría de bronce resultará más atractiva y de más nivel, con la mitad de formaciones con respecto al resto de años luchando por subir al fútbol profesional. Ya solo faltaría que algún día se hiciera una liga de filiales para que las plazas de éstos las ocupen clubes cuya economía depende en buena medida de su situación deportiva para subsistir. Al contrario de los filiales, cuya responsabilidad económica y masa social no es comparable a la de los primeros equipos.
Foto: Los incombustibles David González y David García jugarán con la UD Tamaraceite la última temporada de la actual Segunda B. (Arcadio Suárez)
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