Los precios del fútbol son muy caros y a nadie parece importarle. La campaña de abonados de la UD Las Palmas año tras año es un éxito pero nadie se queja del precio de las entradas. Muchos aficionados no pueden abonarse por motivos económicos, o porque suelen trabajar los fines de semana como es mi caso, o por alguna otra cuestión, y solo les queda poder vivir la experiencia de ver a su equipo en directo pagando una entrada algún día concreto. Es lógico y necesario que se premie al que hace un esfuerzo en verano, faltaría más, pero considero que los precios para acudir puntualmente al Estadio de Gran Canaria son excesivos. Y no hablo contra rivales de la entidad del Real Madrid y Barcelona. Hablo de cualquier jornada liguera en casa, sin ir más lejos contra equipos que están en la cola como el Valladolid o el próximo adversario de la UD, el Espanyol (partido televisado en abierto por Gol Play / TV Canaria) donde el precio en Curva, grada popular de referencia por aforo puesto que en Naciente apenas se venden localidades, es de 39 euros. ¡En un fondo!
Los precios del fútbol son muy caros y a nadie parece importarle. Algunos dirán que un partido de Primera División es un espectáculo de primer orden y hay que pagarlo como pagamos un concierto de un artista consagrado. Y que el valor reside en nuestro equipo, no en el contrincante. La diferencia estriba en que hay fútbol en 7 Palmas cada 15 días durante todo el año, y sobre todo, en que el fútbol es grande por ser un deporte popular y no elitista como el tenis o el golf. Cómo reza el himno de la UD, es orgullo del pueblo canario. Me quejé amargamente en X (Twitter) en el primer partido de la temporada frente al peor Sevilla de los últimos años. 49 euros en Curva, atraco a mano armada. Encuentro por cierto también televisado en abierto.
Los precios del fútbol son muy caros y a nadie parece importarle. A los periodistas porque salvo en campaña de abonados es un tema que poco parece interesarles y son los que por su profesión deberían meter el dedo en la llaga. A los abonados porque ya tienen su localidad pagada y asegurada. Y a otro grupo dentro de los abonados porque se sienten aficionados especiales y si el resto de seguidores nos quejamos, que poco lo hacemos porque está situación provoca que en muchos casos vivamos desconectados, estos aficionados especiales nos responderán que haberte abonado. Y mientras, la masa social de la UD se divide como dijo en su día Nicolás Ortega entre los fieles, y por consiguiente el resto que no acude regularmente al estadio. Estos últimos tendremos que conformarnos, también parafraseando en este caso a una antigua frase del presidente Ramírez, en verlo cuando podamos por la tele. Porque esa es otra, verlo por la tele también cuesta una pasta.
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